Tras casi dos décadas de formar parte del protocolo de seguridad en aeropuertos estadounidenses, una de las medidas más impopulares entre los viajeros llega a su fin. A partir de ahora, ya no será necesario quitarse los zapatos al pasar por los controles de seguridad en los aeropuertos de Estados Unidos.
La decisión marca un cambio significativo en la experiencia de viaje, especialmente para quienes transitan con frecuencia por estos controles. La medida, que se implementó tras los atentados del 11 de septiembre, formaba parte de un refuerzo general en los procedimientos de seguridad, pero con los avances tecnológicos actuales, las autoridades han determinado que ya no es necesaria.
Esta modificación promete agilizar el proceso de embarque y brindar mayor comodidad a millones de pasajeros que se movilizan cada año por los aeropuertos del país.
La secretaria del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos (DHS por sus siglas en inglés), Kristi Noem, dio a conocer la medida el pasado 8 de julio en una rueda de prensa en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington. Según indicó, el cambio del protocolo se aplicará de inmediato en todos los aeropuertos del país.
La eliminación de esta norma tan incómoda y engorrosa para pasajeros y personal de aeropuerto ha sido posible gracias a los múltiples avances en sistemas de seguridad, además de a las numerosas capas de seguridad que aplica la TSA, explicaba Noam. Es uno más de los pasos que el DHS está dando en pos de “la modernización y mejora de la experiencia de los viajeros en todos los aeropuertos de la nación”.
Aunque la nueva medida se aplica de forma general en todos los aeropuertos de Estados Unidos, en casos puntuales se podrá seguir solicitando a los pasajeros que se quiten los zapatos si se requiere una revisión adicional. Otras normas de seguridad, como retirar dispositivos electrónicos de las maletas, el límite de líquidos o la necesidad de quitarse cinturones y abrigos, siguen vigentes.
La norma ahora derogada fue implementada tras un intento de atentado en 2001, cuando un pasajero intentó detonar explosivos ocultos en sus zapatos durante un vuelo. A partir de entonces, se volvió una regla permanente. Hasta ahora, solo quienes contaban con el programa TSA PreCheck estaban exentos de quitarse el calzado. Con esta nueva decisión, la comodidad se extiende a todos los viajeros.